El papa Francisco, argentino hijo de emigrantes italianos, llegó este lunes a la isla siciliana de Lampedusa, en el sur, en una visita histórica y para “llorar” por los miles de indocumentados que han perdido la vida en los últimos años en el Mediterráneo tratando de llegar al viejo continente buscando una vida mejor.

Papa llega a Lampedusa para llorar la muerte de indocumentados

LAMPEDUSA.- El avión del Pontífice aterrizó  en la pequeña isla italiana, poco menos de una hora antes de que 166 inmigrantes ilegales desembarcaran de una patera que fue socorrida por la guardia costera.

La visita del primer papa de América Latina a la isla italiana, tristemente célebre en el mundo por recibir cada año a miles de inmigrantes ilegales que atraviesan el mar en pateras de fortuna, ha sido organizada en uno de los meses en que el fenómeno se intensifica debido a las buenas condiciones del mar.

El jefe de la Iglesia Católica quiere dar “alivio y consuelo” a los miles de indocumentados, explicó la oficina de prensa del Vaticano. Francisco primero llegó a Cala Pisana, de donde se embarcó para recorrer escoltado por barcos de pescadores y de la Marina italiana parte del trayecto que suelen efectuar a su llegada los inmigrantes.

Mar adentro lanzó una corona de crisantemos blancos y amarillos para recordar a todos aquellos que se encuentran en el fondo del mar sin sepultura y denunciar con ese gesto emblemático la severa política de Europa hacia los prófugos y sin papeles. Francisco se recogió para rezar por aquellos que han visto frustrado el sueño de un futuro sin violencia ni miseria y cuyo número exacto nadie conoce.

Ningún cardenal, político o parlamentario acompaña al Papa a pedido del mismo Francisco, quien pidió una ceremonia sobria, sin discursos ni autoridades, con la presencia sólo de la alcaldesa Giuseppina Nicolini y del arzobispo de Agrigento, Francesco Montenegro. Después, hacia el mediodía, junto con el obispo local oficiará la misa en un pequeño estadio de la localidad.

Unos cincuenta inmigrantes, buena parte de ellos musulmanes, pidieron hablar con el Papa, conocido por ser un defensor de los pobres y olvidados.

Lampedusa, situada a menos de cien kilómetros de las costas del norte de África, es el puerto de entrada a Europa. Durante los seis primeros meses del 2013, cerca de ocho mil emigrantes (siete mil 913) desembarcaron en las costas italianas, el doble del año pasado durante el mismo lapso de tiempo. La mayoría llegó a Lampedusa, tres mil 648 personas, tres veces más que en el 2012.

La muerte a mediados de junio en el Canal de Sicilia de siete emigrantes que se aferraban desesperadamente a las redes de un atunero tunecino después de que la tripulación cortara las cuerdas al descubrirlos, generó indignación en la península y motivó la visita papal.

POR AGENCIA AFP Italia