El huracán Dorian se cernió sobre las Bahamas el lunes, azotando las islas con un temible asalto de categoría 5 que destrozó techos, arrojó autos e incluso obligó a los equipos de rescate a refugiarse hasta que pase el ataque. Los vientos máximos sostenidos de la tormenta cayeron ligeramente a 165 mph (270 kph), y su movimiento hacia el oeste se detuvo casi por completo. El sistema se arrastró a lo largo de la Isla Gran Bahama a solo 1 mph (2 kph).

“Necesitamos que se refugien”, advirtió Kwasi Thompson, ministro de Estado de Gran Bahama. “Serán otras 10-12 horas que nos bombardearán con esto”. Thompson y otros funcionarios dijeron que estaban recibiendo llamadas de socorro sobre el aumento de las inundaciones, pero dijeron que los rescatistas no podían salir en el clima violento.

“Están listos para ingresar a esas áreas tan pronto como el clima disminuya”, dijo. El domingo, Dorian se agitó sobre la isla de Abaco con fuertes vientos y olas y desató fuertes inundaciones cuando la gente llamó a las estaciones de radio y envió mensajes desesperados en las redes sociales para encontrar seres queridos. “Recibimos daños catastróficos aquí en Abaco”, dijo a los periodistas el miembro del Parlamento Darren Henfield. Dijo que los funcionarios aún no tenían información sobre lo que sucedió en los cayos cercanos. “Estamos en modo de búsqueda y recuperación … Continúa orando por nosotros”.